El síndrome de Lima es un conjunto de síntomas y características que se presentan en la mente de un secuestrador haciendo que desarrolle hacia su víctima un sentimiento de cariño y ternura, tratando de enamorarla.
¿Qué es el Síndrome de Lima?
El síndrome de Lima se refiere a la reacción psicológica del secuestrador que desarrolla empatía y apego emocional a su víctima. Es una respuesta paradójica en la que el secuestrador simpatiza con la víctima y se preocupa por sus necesidades y bienestar. Este síndrome es esencialmente el síndrome de Estocolmo inverso, ya que son las víctimas las que desarrollan un vínculo afectivo y de complicidad con sus captores en este último caso. En algunos casos, los síndromes de Lima y Estocolmo pueden ocurrir simultáneamente, cuando la relación entre el captor y el detenido es mutua.
¿Cuál es el origen del Síndrome de Lima?
El síndrome de Lima surgió a partir de un hecho ocurrido en la capital peruana Lima en 1996. El grupo MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) mantuvo como rehenes a cientos de personas en la Embajada de Japón en Lima. Muchos de los detenidos poseían gran valor económico, pues provenían del ámbito político, militar y diplomático, por lo que el grupo MRTA tuvo que exigir grandes sumas de dinero como rescate. Sin embargo, al cabo de unos días, los secuestradores los liberaron uno a uno, por simpatía y por la relación establecida con ellos.
Existe otra versión sobre el origen de este síndrome: un psiquiatra que fue secuestrado en Lima, siendo un conocedor del Síndrome de Estocolmo, aplicó sus conocimientos al secuestrador para ganarse su simpatía.
Causas del Síndrome de Lima
Para determinar la causa de este síndrome, es necesario conocer las circunstancias que provocaron el secuestro y las circunstancias externas e internas del secuestrador, que pueden incluir:
- El secuestrador fue obligado o amenazado para cometer el delito.
- No le gustó la forma en que se llevó a cabo el secuestro.
- No tiene antecedentes delictivos ni trastornos antisociales.
- Supuso que no sobreviviría al secuestro.
- El secuestrador puede ser chantajeado para capturar a la víctima a cambio del bienestar financiero de él o su familia.
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